miércoles, mayo 21

Canto a mi mismo

II

Las casas y las estancias están colmadas de
perfumes, los anaqueles están cargados
de perfumes,

aspiro esa fragancia, que reconozco y me deleita,
la esencia podría embriagarme, mas no lo
permitiré.

La atmósfera no es un perfume, no tiene el gusto
de la esencia, es inodora,
es para mi boca desde siempre, estoy enamorado
de ella,
iré a la ribera, junto al bosque, sin disfraz, desnudo,
con locura gozaré de la atmósfera que me envuelve.

El vaho de mi aliento,
lo ecos, las ondas, los cuchicheos y murmullos,
la raíz de amaranto, la hebra de seda, los
zarcillos y la vid,
mi respiración y mi inspiración, el latir de mi
corazón, el paso de la sangre y del aire por
mis pulmones,
el olor de las hojas verdes y de las hojas secas,
y de la costa y de las oscuras rocas
marinas, y del heno en el granero,
el sonido de las palabras que mi voz arroja y que
se pierden entre los remolinos del viento,
algunos besos leves, algunos abrazos, brazos
extendidos para abrazar,
el juego de la luz y de la sombra entre los árboles
cuando se mecen, dóciles, las ramas,
el deleite de estar solo o en el tumulto de las calles
o en los prados y en la ladera de las colinas,
la sensación de salud, los trinos de la luna llena, mi
canto al levantame del lecho para recibir el Sol.
¿Has valorado en mucho mil acres? ¿Has valorado
en mucho la tierra?
¿Has tardado mucho tiempo en aprender a leer?

¿Te has sentido orgulloso al descifrar el sentido de
los poemas?
Quédate conmigo esta noche y este día y tuyo será
el orígen de todos los poemas,
tuyo será lo bueno de la tierra y el Sol (aun quedan
millones de soles),
ya no aceptarás cosas de segunda o de tercera
mano, ni mirarás a través de los ojos de
los muertos, ni te alimentarás de los
espectros de los libros,
ni tampoco verás a través de mis ojos, ni tomarás
nada de mí; escucharás todas las voces y
dejarás que se filtren en tu ser.

*Walt Whitman

viernes, mayo 16

amanita


¡Esta sí que es totalidad! mientras de tus ojos sale esa luz que llega a todas partes, donde mires lo mismo, el centro.

¡Conexión! repetí mil veces, era (es) la eternidad, cada momento infinito y las miradas distintas y las mismas. Decisiones, los caminos elegidos nos trajeron a este momento inesperado en que vimos el brillo de cada quien, saliendo de los ojos y penetrando en los otros tan intensamente que se olvidó la individualidad, dejamos de estar aqui.

¿por qué no veo que siempre es asi? De a poco develando el mundo, poco a poquito comprendiendo la alteridad, la igualdad superior.
Y sí, no me olvido, lo grabo...