martes, diciembre 30
sábado, diciembre 20
desetnocentrándose
Quizás por eso no tengo mucha vida social por estos territorios, nadie se parece a mí ¿y quién podría? Todos somos universos particulares, pero a veces se me olvida, como todas las demás cosas. La cuestión es que imaginándome a la vieja sureña, adquirí consciencia de lo distinta que es mi compañera, a un nivel impresionante de diferencia, tiene otro universo cognitivo. Por eso mismo no me pesca cuando me pongo a hablar de cosas como éstas. Primero pensé que era más simple, pero no es así, más bien son otros nuestros intereses y motivaciones para caminar, y lo bonito es eso, que a pesar de nuestra diferencia nos encontramos en un cruce de camino, podemos tejer un puente, y eso es comunicarse humanamente.
viernes, diciembre 19
martes, diciembre 16
cochocho
lunes, diciembre 15
Cesare Pavese
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando te inclinas sola ante el espejo.
¡Oh querida esperanza,
también nosotros aquel día
sabremos que eres la vida y la nada!
La muerte tiene una mirada para todos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como ver que emerge de nuevo
un rostro muerto en el espejo,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos al remolino, mudos.
sábado, diciembre 13
viernes, diciembre 12
el etnógrafo
En la ciudad, sintió la nostalgia de aquellas tardes iniciales de la pradera en que había sentido, hace tiempo, la nostalgia de la ciudad. Se encaminó al despacho del profesor y le dijo que sabía el secreto y que había resuelto no publicarlo.
-- ¿Lo ata su juramento? -- preguntó el otro.
-- No es ésa mi razón -- dijo Murdock --. En esas lejanías aprendí algo que no puedo decir.
-- ¿Acaso el idioma inglés es insuficiente? -- observaría el otro.
-- Nada de eso, señor. Ahora que poseo el secreto, podría enunciarlo de cien modos distintos y aun contradictorios. No sé muy bien cómo decirle que el secreto es precioso y que ahora la ciencia, nuestra ciencia, me parece una mera frivolidad.
Agregó al cabo de una pausa:
-- El secreto, por lo demás, no vale lo que valen los caminos que me condujeron a él. Esos caminos hay que andarlos.
El profesor le dijo con frialdad:
-- Comunicaré su decisión al Concejo. ¿Usted piensa vivir entre los indios?
Murdock le contestó:
-- No. Tal vez no vuelva a la pradera. Lo que me enseñaron sus hombres vale para cualquier lugar y para cualquier circunstancia.
Tal fue, en esencia, el diálogo.
Fred se casó, se divorció y es ahora uno de los bibliotecarios de Yale.
Jorge Luis Borges
lunes, diciembre 8
fragmentos para dominar el silencio
Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias, desoladas, que
cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos. Y lejos, en la negra
arena, yace una niña densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera
muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz. Los ramos
se mueren en la memoria. La yacente anida en mí con su máscara de
loba.. La que no pudo más e imploró llamas y ardimos.
II
Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no
guarecen, yo hablo.
Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque
regresarán para sollozar entre flores.
No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellar las
hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo llanto florecer mi
silencio gris.
III
La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no
diré mi poema y yo he de decirlo. Aun si el poema (aquí, ahora) no
tiene sentido, no tiene destino.
sábado, diciembre 6
viernes, noviembre 28
la gratificante levedad del ser
Siempre que vuelvo al centro luego de un considerable tiempo de exclusión y recogimiento isleño autoconvocado, en que el mundo es cuestionado y –supuestamente- analizado desde diversas aristas, me doy cuenta que la vida es harto más fácil.
Sí, cuando dejé mi mochila en la custodia del super, y saludé con un hola –la señora simplemente me miró desde su laboriosa mudez mientras me entregaba el número- hubo un atisbo de lo que sentiría más adelante, cuando no quise donar los dos pesos a bomberos –nada más que para ver la reacción del cajero- y descubrí que quiero que el vivir sea siempre eso: un juego en donde pueda adoptar el papel de persona.
Fue así como dejé de darle importancia a una gran cantidad de cosas que en el pasado consideré dignas de someter a tratamientos dialécticos, incluso al momento de tomar la sopa. En realidad no creo haber dejado de hacerlo –el tratamiento-, pero abandono la esperanza de llegar a una síntesis, cero conclusiones. Mejor remontarse al origen del cuestionamiento, a la pregunta inicial que surgió de la pregunta inicial, cuando no existía, cuando era vacío.
Cuando era todas las posibilidades en potencia.
Después, en aquel momento en que gran parte de las jerarquías de importancia que estructuraban mi universo comenzaron a derrumbarse, comencé a ver lo realmente importante: la entrega.
martes, noviembre 25
lo que leí no pescando en clases
eva: Es que voh soy loco, te conformái con todo, no tenís nada, no querís a nadie.
huinca: ¿Cómo que no? Quiero mucho más que tú, yo los quiero a todos, ¿no vis que no le tengo bronca a nadie? Ese es el amor po, no odiar.
eva: Pero entiende cabeza de piedra, el hombre necesita a la mujer y la mujer necesita al hombre.
huinca: Justo. Y como yo necesito mucho, los quiero a todos.
eva: Contigo no se puede hablar, estái muy loco.
lunes, noviembre 24
ojito de uva
¿no será un retroceso el movimiento?
todos quieren liberarse
grupos iniciáticos grupos finalíticos
diferentes programas políticos
la transparencia es un misterio [también la opacidad]
¿qué respalda las estructuras?
todos quieren entenderse
y se paralizan buscando
la estática no lo es
porque a través de ella pasa el universo
espero que no tengas que esperar más
mi esperanza [por donde fluye el universo]
es que comprendamos el movimiento de los adentros
y los afueras ya no lo sean
"¿será realmente doble el tunel del tele y del microscopio?"
(Julio Cortázar)
domingo, noviembre 23
sábado, noviembre 22
kunta kinte
terra incógnita, está rodeado de seres diferentes, y por lo mismo, por esa necesidad tan inquietante de conocer la diversidad, es que no está dispuesto a dejarse encadenar nuevamente. Su negrura es como la noche, misteriosa y a la vez abundante, hay tantos ojos y manos sedientos de compañía. Él busca calmar la misma sed, se sabe parte del engranaje humano, pero también se sabe silencio mientras observa como se desenvuelve la partida de ajedrez que lo rodea.
Los cuatro palos están sobre la mesa, el camino a seguir depende de él.
miércoles, noviembre 19
desfragmentación
¿Qué es eso?
Es el barro que fue cubriendo las palabras
que les quitó fluidez
que las dejó pegajosas.
¿Eres capaz de callar para encontrar tu voz?
Yo no sé callar, pero me vi silenciado por los acontecimientos, si partí de una raíz ahora me fragmento cada vez más, capilares por toda la tierra.
Se empiezan a cruzar y a cruzar las raíces de las raíces, todo comienza a mezclarse. Es un mestizaje, veo los fractales, es como uno y mil.
¿Volverán a ser uno?
¿Dejaron de serlo en algún momento?
martes, noviembre 11
domingo, noviembre 9
días como hoy abundan los heridos de guerra
que'l viento petrifica a un lado del camino
el tiempo se detiene la luz es la misma
la calle es una larga espera
a pesar del detenimiento despertamos
el agua nos pega en la cara y despertamos
para volver a movernos
para recordar lo que simboliza elsolaprimaveralalluvia
para resignificar el color...
viernes, noviembre 7
haikú
acumulado en el lago
es mío ahora
*jaime mancilla romero
miércoles, noviembre 5
el niño acéfalo
camina el niño acéfalo
sube baja
se sienta en las sombras
de una escalera porteña.
el agua entre los dedos
del niño acéfalo
que no sabe cómo sigue su historia
que se pierde en razocinios
¡aún sin tener cabeza!
porque está enamorado este niño
y no sabe cómo decirle
la verdad a la niña de agua.
perdió la cabeza
aquella noche del cumpleaños
de la niña cuando
recorrieron tanto sus rostros
que ya no eran ninguno.
y así quedó acéfalo
caminando sin ver a donde va
de donde viene.
¡niña de agua! ¿no sabes del
canto escondido del niño,
del corazón que se le sale por
el cuello chorreando las calles
de gotas cantarinas?
o simplemente quieres sumergirte
en las profundidades de tu lago
escondiéndote del niño
que camina y camina
sube baja sin ver
y se sienta
esperando el momento
que no sabe si llegará
mientras siente correr
el agua entre sus dedos.
sábado, noviembre 1
Ítaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantínos Kaváfis
[y se agradece la pintura a Paul Klee]
lunes, octubre 27
me deconstruí
Ia ia ia aia ui
Tralalí
Lali lalá
Aruaru
urulario
Lalilá
Rimbibolam lam lam
Uiaya zollonario
lalilá
Monlutrella monluztrella
lalolú
Montresol y mandotrina
Ai ai
Montesur en lasurido
Montesol
Susponsedo solinario
Aururaro ulisamento lalilá
Ylarca murllonía
Hormajauma marijauda
Mitradente
Mitrapausa
Mitralonga
Matrisola
matriola
Olamina olasica lalilá
Isonauta
Olandera uruaro
Ia ia campanuso compasedo
Tralalá
Ai ai mareciente eternauta
Redontella tallerendo lucenario
la ia
Laribamba
Larimbambamplanerella
Laribambamositerella
Leiramombaririlanla
lirilam
Ai i a
Temporía
Ai ai aia
Ululayu
lulayu
layu yu
Ululayu
ulayu
ayu yu
Lunatando
Sensorida e infimento
Ululado ululamento
Plegasuena
Cantasorio ululaciente
Oraneva yu yu yo
Tempovío
Infilero e infinauta zurrosía
Jaurinario ururayúMontañendo oraranía
Aurorasía ululacente
Semperiva
ivarisa tarirá
Campanudio lalalí
Auriciento auronida
Lalalí
Io ia
i i i o
Ai a i ai a i i i i o ia
[y así se calmó la tormenta de filosofías que pretendía ahogarme me salvé por un pelo estaba al borde del rallado de papa de repente paf nada silencio descanso shut down ese lastroso cerebelo
vacío]
"cuando los indios del norte se encontraban aproblemados se recomendaban y hacian una meditacion q se llama "subir la montaña"
eso quiere decir q literalmente subian a un punto donde pudieran ver su campamento o aldea desde arriba
con distancia observaban que su mundo es un punto en un magico universo y se ven a ellos tambien interactuando ahi en ese pequeño espacio pero con repercucion cosmica..."
[gracias vero]
domingo, octubre 26
capítulo 82
¿Por qué escribo esto? No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma, entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que llaman el pensamiento y que hace la prosa, literaria u otra. Hay primero una situación confusa, que sólo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese swing en el que se va informando la materia confusa, es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo: sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispas y un arquearse cadencioso. Así por la escritura bajo al volcán, me acerco a las Madres, me conecto con el Centro -sea lo que sea. Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo, inventar una purificación purificándose; tarea de pobre shamán blanco con calzoncillos de nylon.
sábado, octubre 25
el otro vacío
Qué sentido tiene compartir sin compartir? Se hace más difícil levantar los pies a medida que avanza el carrete:
Por qué no me llena ser parte de las caras, ser un cuerpo más en la corriente?
Que acaso soy un ser muy exigente, intolerante, buscador de una espiritualidad difícil de encontrar?
Por qué no puedo hacer amigos como pan caliente hacen los panaderos fríos?
Por qué!?
Por qué escribo en la noche en vez de dormir?
Soy un anciano, nací envejecido por las hojarascas que me cegaron en la calle, en el colegio, en la vida...camino como un par de pies sin piernas, sin tórax, sin manos, sin cabeza, sólo pies caminantes e incomprendidos. Incomprensibles, sí, descabezados, acéfalos, tristes.
-mmmmm es que es como anormal o no?"
muera la normalidad!
muera yo!
y renazca
otra vez,
de las c e n i z a s.
Mi recuerdo más antiguo siempre es la ceniza, de ahí vengo y vendré y volveré, y caeré y me levantaré. De las cenizas moriré y naceré y moriré y naceré.
De las cenizas, desde esa parte evitada, ahora rodeada, gritaré hacia mis adentros el amor del mundo, el mundo que se aprende a ver solo, en el silencio del axolotl, a pesar de antes haber sido [o intentado ser] un hombre.
lunes, octubre 20
flujo de consciencia
tresdieciseis el montijo peñalolén cubierto de paradero espero
viernes, octubre 10
La aparición del día [ensayo de poema]
ilumina las ciudades y sus carreteras llenas de movimientos
y a todas las lenguas que han sobrevivido
a lo idéntico que son azar y albedrío
El amanecer deja de ser una enfermedad
porque si bien las estrellas desaparecen
nuevas constelaciones se han alzado en el firmamento
para acompañar a ese hombre esa mujer
ese niño esa anciana que están en este preciso instante
en la más abismal de las soledades acostándose
pensando que nadie volverá a recordarlos
pero un nuevo día aparece y junto a él
nuevos ojos nuevas manos nuevas lenguas
que convertirán el cielo en una nueva tierra
donde sembrar las también nuevas palabras que triunfaron
ya que el milagro de la vida está en un árbol
escondido en lo más profundo de la ficción
que se alimenta de la luz del Sol Negro
para no olvidar el sueño de la noche anterior
que son todos los sueños de todas las noches
de todos quienes han contemplado una noche estrellada
y han visto en ella ese árbol que es también
una pequeña casa donde vive alguien que nunca existió
ni tampoco sus ruidos ni sus monstruos ni sus libros
que son los Libros de la Vida que nadie ha leído jamás
y en donde está escrito el poema que no se ha escrito
por eso permanecerán por siempre
y yo no lo podré ver con mis propios ojos
porque ya todo me resultará ajeno
Quizá esto sea lo último que pueda escribir
y de ser así vuelvo a la noche originaria bajo la cual
alguien tomó un poco de barro e inventó la escritura
Veo como todo se derrumba a mi alrededor
desde mi cuerpo hasta los cuerpos celestes
rumoreando sobre los destinos
de los que vendrán el día de mañana
Yo todo esto lo soñé como si hubiese estado muerto
devorado por las luciérnagas
que son los Gusanos de la Iluminación
pero no fue así
lamentablemente
no fue así
-Héctor Hernández Montecinos
jueves, octubre 9
Veía al otro como algo estático y era porque yo mismo me amparaba en esa falta de movimiento, en la seguridad de lo conocido. Pero exploté, no era posible vivir de esa forma, el espejo terminó reflejando lo de adentro, lo cambiante. Fue así que observé lo eterno de lo efímero, la permanente impermanencia de un respirar solar, de un latido del corazón. Todo lo mismo de todo, el mandala, la rayuela. Y si no hay comienzo ¿cómo podría haber final? Por eso es lo mismo todo, por eso el reflejo, por eso el movimiento.
domingo, septiembre 28
avanzando-ando
1115
3115
132115
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31131122111213122113121113222115
etcétera etcétera
Rito que surge en horas de
necesidad de actividad mental.
Renato era un detenido político, preso en un calabozo, privado de todo tipo de desafíos cerebrales fuera del de resistir la tortura. Pero el cuerpo no puede sobrevivir si no es creando, por lo que apareció el juego, que en este caso es matemático, desarrollador de destreza mental.
Poco a poco se va adquiriendo experiencia, se hace cada vez más fácil avanzar entre los obstáculos del camino.
Poco a poco va transformándose el cuerpo, la mente, el ser [y el rito es reflejo de todo esto, un recordatorio]
Hay que estar creando todo el rato, eso es lo único seguro.
sábado, septiembre 20
el otro día...
El otro día, esperando micro para ir a la universidad [medio atrasado], un señor que había visto otras veces por el barrio me preguntó la hora. –Las nueve y media- le dije, mirando mi celular. Luego me quedé pensando y agregué: -Sería buena ver la hora sin necesidad de relojes, ¿cierto?
¿Cómo así? –me preguntó.
No sé…con la posición del sol por ejemplo, aunque aquí en valdivia de repente se hace medio complicado cuando están esas nubes neeeegras. Pero en ese caso uno podría aprender a ver otros signos que indiquen la hora, como las flores y su apertura en distintos momentos del día, no sé, cosas así [claramente me fui en la volá, pero eso es lo entretenido de conversar ¿o no?].
¿Y qué estudiai tú? –me preguntó.
Antropología, le dije.
-Aaaaah, ustedes estudian los misterios del universo…
Justo llegó la micro y nos despedimos deseándonos un buen día. Fue imposible no irse con una sonrisa. Los misterios del universo…claro que el ser humano es un misterio, si es una contradicción ambulante. Y cada día lo compruebo más, con actitudes de algunas personas. A veces quisiera volverme ermitaño, irme a vivir lejos lejos. Es que me duele como es la gente, de verdad que de repente la encuentro demasiado lesa. Por ejemplo ayer, estaba sentado en el bus esperando que partiera hacia Lanco, cuando de repente un señor le echa la choreá a otro, ¡y de la nada! Le dijo: -¡vamos circulando! [el otro señor era gordo y obstruía el paso, pero porque recién se estaba acomodando], luego el señor gordo se quedó mirándolo, supongo que quedó pa’dentro. Entonces el primero le manifiesta: -¿tiene algo que decir? [en un tonito chorizo que creo que los chilensis sabemos reconocer].
Me sentí tan re mal, si algo tan básico, tan insignificante como viajar en bus, puede convertirse en otra oportunidad para desgastarnos con relaciones friccionantes ¿qué queda para cuando uno estudia, trabaja o convive?
En eso me quedé pensando el resto del día, por suerte mi amigo Víctor me convenció [por el momento] de seguir viviendo en sociedad ¿por qué seré tan loboestepárico de repente? Es que es difícil intentar ser simple cuando los demás son tan rollentos: na’ que hacerle.
En el vasito de ron, Levi-Strauss habla de ese “no aceptar la propia cultura”, que sería la motivación principal de estudiar otras. ¿Qué cultura propia me pregunto yo? Si aquí nadie enseña valores [palabras de viejo, pero que cada día encuentro con más sentido]. Imagínate que el colegio ha reemplazado a la cultura, transformándose en el rito de paso que marca la diferencia entre la ignorancia y el saber, la niñez y la madurez ¿bastará eso? ¿qué había antes? Antes se enseñaba a vivir, ahora se enseña a competir, a buscar lo “productivo”.
No digo que todo tiempo pasado fue mejor, pero por qué seguimos aceptando las cosas de este modo, en lugar de replantearnos desde nosotros mismos cómo vivir mejor, cómo “vivir juntos”, porque estamos obligados a vivir juntos, porque así es y ya. Quisiera escapar y ser un ermitaño en la selva, en las montañas, pero sé que eso es egoísmo, como también lo es ser un santurrón que medite todo el día o algún ser por el estilo. Si aqui hace falta acción, transparencia.
¿Entonces qué queda?
Creo que es hora de pisar la tierra nuevamente.
domingo, septiembre 14
Axolotl
[era amigo del misterio, del silencio, panteras, leones, pero no del reflejo de sí mismo. De pronto una mirada distinta pero cercana, distante pero próxima lo hace darse cuenta de un vínculo. La vida, el aire, el agua. Compartían un espacio, compartían un cuerpo que los encerraba de lo que eran realmente, mejor quedarse quieto "el tiempo se siente menos si nos estamos quietos". En un principio no quiso aceptar su dolor -el suyo propio mucho menos- pero se hizo imposible darle la espalda a la empatía y se volvió uno con ellos, pasó al otro lado del espejo, fue su propio reflejo, "entonces mi cara se apartó y yo comprendí". Aprendió lo que es ser otro, es otro y él mismo a la vez, fragmentado y no, pero tristemente lo fue olvidando, tantos mundos giran en torno a él -y él gira en torno a tantos otros- que la desmemoria se ha convertido en su mayor enemiga, cien pájaros volando de tanto aire que respiró ¿por qué costará tanto retener esas bocanadas de vida, de arte? Los ojos esperan nacer cada día nuevamente]
martes, julio 15
kachkaniraqmi!
Estoy convertido en una suerte de Oliveira, quizá un lobo estepario sureño. En ese estado de alerta, de pesadez física y mental me encuentro. Ahora llueve con promesas de acrisolamiento, la tierra se está preparando para florecer, yo también.
La poesía baja lentamente del Olimpo, aquí está, en ese niño con la cara cochina, en la vieja pesá, en el dueño de la casa. La poesía dentro del negocio del pan, la poesía del arcoiris entre la tormenta, la poesía de mojarse las patas (y hasta ellas), la poesía del pescador que compró bencina. La poesía.
La poesía la poesía.
Los prosemas y las sopas
los meopas y las copas
la colita de caballo
lunarcito
gotas gotas
poesía poesía.
Camina la poesía
por un sendero de poesía
la diversidad es poesía
ser es poesía.
"¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos fines comparto, ninguno de cuyos placeres me llama la atención?"
Quise escapar del ethos ciegamente. Se puede transformarlo permanentemente (eso mismo: permanente impermanencia). Lobo estepario por eso, pero mejor un lobo comprensivo, mejor nutrirse de las cosas más valorables y variables, actitud que cree aptitud.
Nos encontramos y juntos fuimos la ruptura, el paso de una época envejecida a otra de apertura y corazón. Ciclos circulares cíclicos. En el cambio hay dolor, nacer es un dolor hermoso, y ahí estamos.
Kachkaniraqmi! ser con todas las posibilidades de reintegración y crecimiento.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!!!!
sábado, julio 12
Reposo
Este andar de la carne
Este escalar los siglos
Y venir de tan lejos en abuelos perdidos
Este andar entre orillas desveladas
Nos dará una fatiga de experiencias amargas
Y un ansia de renuevo
Anhelo de aventuras de la sangre
Anhelo de no ser lo mismo y buscar lo que asombra.
Oh molino del tiempo
El silencio se agrega
Estoy cansado y sin estrellas
La vida como un gran árbol da sus melancolías
Y sus risas de viento en cielo nuevo
Basta de andanzas
Basta de sombras hacia el lado de la tierra
Basta de sed hacia el lado del espacio
Basta de días y de noches
Los años se abren paso en nuestro cuerpo
Y el astro tutelar nos habla cuando lo olvidamos
Oh molino del tiempo
Las edades sobresalen
¿No ves como los párpados se mueren
Sobre el paisaje oculto?
Esta marcha del hombre
Este andar de los siglos
Con sus huesos inquietos
Con sus nervios amargos
Y en ansia de ser presente y ser lejano
Como el calor que rompe hacia otros lados
Este andar de los siglos a través de los hombres
No tiene más remedio que una tarde dejándose caer sobre
los árboles
O un sol a manos llenas
Sobre los corazones libertados
Sobre la tierra sin cadenas y cuajada de rostros renacidos
Un sol causando flores y bocas apasionadas y trigales
Oh el molino del tiempo
El pájaro sin árbol conocido
Va entrando en sus canciones para nacer de nuevo
Y se deslumbra del sentido de su voz
V.Huidobro
(Ahora, a nacer de nuevo)
sábado, junio 14
El Umbral
- No hay puerta sin llave - me dice ella, con la tenaz resistencia de la gente que no sueña.
- En los sueños sí - le digo- En los sueños las puertas no se abren, los ríos están secos, las montañas giran, los teléfonos son de piedra y nunca llegamos a tiempo para la cita. En los sueños nos falta la prenda íntima que cubre nuestra desnudez, los ascensores se interrumpen entre dos pisos, o se estrellan contra el techo y, al entrar al cine, los asientos de la sala están de espaldas a la pantalla. En los sueños, los objetos han perdido su funcionalidad para convertirse en impedimento; o tienen leyes propias que no conocemos.
Ella cree que la mujer que no sueña es la enemiga de la mujer despierta, porque le roba partes de sí misma, le sustrae la emoción palpitante de las revelaciones, cuando creemos descubrir algo que no sabíamos o habíamos olvidado.
- El sueño es una escritura - dice ella, con pesar- una escritura que no sé escribir y que me diferencia de los demás, de los hombres y los animales que sueñan.
Ella es como una viajera que, cansada, se detiene en el umbral y queda fija allí, como una planta.
Yo, para consolarla, le digo que quizás tiene demasiado sueño para cruzar la puerta, a lo mejor estuvo tanto tiempo buscando el sueño, antes de dormirse, que cuando las imágenes llegan a ella no las ve, porque el cansancio le hizo cerrar los ojos que están adentro de los ojos. Cuando dormimos, tenemos dos pares de ojos; los ojos más superficiales, aquellos que están acostumbrados a ver sólo la apariencia de las cosas y a tratar con la luz, v los ojos del sueño: cuando los primeros se cierran, éstos se abren. Ella es la viajera de un largo viaje que cuando llega al umbral se detiene, muerta de cansancio y ya no puede seguir hacia adentro, ni atravesar el río, ni cruzar la frontera, porque ha cerrado los dos pares de ojos.
- Quisiera poder abrirlos - dice, con sencillez.
A veces, ella me pide que yo le cuente mis sueños, y sé que luego, en la soledad de su cuarto, con la luz apagada, escondida, como una niña que está a punto de hacer una travesura, intenta soñar mi sueño. Pero soñar un sueño de otro es más difícil que escribir un cuento ajeno, y sus fracasos la llenan de irritación. Cree que yo tengo un poder que ella no tiene; eso le produce envidia y malhumor. Le gustaría que mi frente fuera como una pantalla de cine y mientras duermo, poder ver reflejada en ella las imágenes de mi sueño. Si sonrío o hago un gesto de contrariedad, durante la noche, me despierta Y Me pregunta - insatisfecha- qué ha ocurrido de alegre o de triste. Yo no siempre puedo contestarle con certeza; los sueños son de un material tan frágil que muchas veces desaparecen en cuanto despertamos, huyen en las telas de los ojos, en las arañas de los dedos. Ella piensa que el mundo de los sueños es una vida suplementaria que algunos poseemos y su curiosidad se satisface sólo a medias cuando termino de contarle el último. (Contar sueños es uno de los artes más difíciles; acaso sólo Kafka lo logró sin estropear su misterio, banalizar sus símbolos o volverlos racionales.)
Como los niños, que no toleran las modificaciones y se deleitan con la repetición, insiste en que le cuente dos o tres veces el mismo sueño, lleno de personajes que no conozco, de formas raras, de accidentes irreales en el camino, y se fastidia si en la segunda versión hay elementos que no aparecían en la primera.
El que prefiere es mi sueño amniótico, el sueño del agua. Camino bajo una línea recta, sobre mi cabeza, y todo lo que está por debajo de ella es agua transparente, que no moja ni tiene peso, que no se ve ni se palpa, pero se conoce. Voy sobre el suelo de arena húmeda, vestido de camisa blanca y pantalón oscuro y los peces pasan a mi alrededor. Como y bebo bajo el agua, pero nunca nado ni floto, porque el agua es igual que el aire y respiro en ella con total naturalidad. La línea, encima de mi cabeza, es el límite que jamás atravieso ni me interesa trasponer.
- Probablemente es un sueño antiguo - le digo- Un sueño del pasado, de nuestros orígenes, cuando estábamos indecisos entre ser peces u hombres.
A ella, en cambio, le gustaría soñar con volar, con deslizarse de árbol en árbol, por encima de los tejados.
Mientras duerme, a veces yo ejerzo una pequeña presión sobre su frente, con la yema de mis dedos, para inducirle el sueño. No se despierta, pero tampoco sueña. Le cuento el último sueño que tuve: un prisionero en una breve celda de castigo, aislado de la luz, del tiempo, del espacio, de las voces humanas, en una infinitud de silencio y oscuridad. Hay un guardián, al lado de la puerta, y el hombre consigue inyectar - a través de las paredes del túnel, como la membrana del útero- sus sueños al guardián, que no logra descansar, acosado por las pesadillas del prisionero. El guardián le promete liberarlo, si el hombre consigue ahuyentar al león que lo acosa, cada vez que se duerme.
- Tú eres el prisionero - dice ella, vengativa.
Los sueños son como cajas, y en ellos hay otros sueños. A veces conseguimos despertar en el segundo, pero no en el primero, y eso nos inquieta. En el segundo, trato de llamarla, pero ella no responde, no me oye; entonces despierto y vuelvo a llamarla, extiendo mis brazos hacia ella, sin saber que estoy en el primero de los sueños y que esta vez tampoco responderá.
Le propuse que, antes de dormirnos, hiciéramos la experiencia de inventar una historia complementaria, los dos juntos. Seguramente algunos restos, desechos, residuos de esa historia elaborada por los dos pasarían imperceptiblemente al interior de nuestros ojos (a los que se abren cuando los superficiales se cierran) y así, ella conseguiría por fin soñar.
- Nos conduciremos mutuamente hasta el umbral - le dije- y una vez allí, dándonos un beso en la frente, nos separaremos, y cada uno atravesará la puerta - su puerta- y nos reencontraremos a la otra mañana, luego de un camino diferente. Me hablarás de los árboles que viste, y yo de la nave que me conduce a la ciudad adonde no quiero regresar.
Esa noche nos acostamos a la hora de costumbre, y yo fui el encargado de empezar la historia que nos conduciría imperceptiblemente - pero en común- hasta el venturoso umbral.
- Hay un hombre en una habitación desnuda- comencé.
- La cortina es muy suave - dijo ella- , de terciopelo rojo, pero está anudada en un extremo. - El hombre está echado en la cama - continué yo- aunque todavía conserva la camisa blanca y el pantalón oscuro.
- Creo que ese hombre tiene miedo de algo siguió ella- por eso conserva las ropas.
- A su lado hay una mujer - dije- de cabellos cortos y rubios. Los ojos son azules.
- No - corrigió ella- son verdes, con reflejos azules.
- Sí - acepté- Es hermosa, pero tiene la piel fría de aquellos que no sueñan.
- La mujer tiene un vestido rosa. ¿No te parece algo anacrónico un vestido de ese color, en medio de la cama?
- No, querida - dije yo- te queda muy bien. - Él está a punto de dormirse - observó ella. - Sí - confesé yo- Tengo mucho sueño. Camino lentamente hacia una puerta, que se dibuja más adelante.
- Caminas despacio, con las mangas de la camisa subidas y los ojos entrecerrados.
- Es que tengo mucho sueño.
- Ella te sigue, pero cada vez queda más atrás. Sus pasos son más cortos que los tuyos, y además, tiene miedo de perderse. ¿Por qué él no vuelve los ojos hacia atrás, para ayudarla?
- Está muy cansado y el sendero lo guía, lo empuja, como un imán.
- Es el imán de los sueños - dice ella.
- La mujer ha quedado muy atrás. Ya no se ve. Yo, en cambio, estoy en el umbral.
- Ha vuelto a perderse. El corredor es oscuro y las paredes estrechas. Ella tiene miedo. Le aterra la soledad.
- He visto otras veces ese umbral.
- En cambio, yo no lo veo.
- Si regresas, si das marcha atrás, no lo hallarás nunca.
- Tengo miedo.
- ¡Ah! ¡Qué umbral tan venturoso Una luz se adivina al trasponerlo.
- No me dejes sola.
- No hay mucho lugar.
- No me abandones.
- Debo seguir. Estoy al fin del camino, mis ojos se cierran, ya no puedo hablar...
- Entonces - continúa- ella se precipita hacia adelante, hacia el aura vaga y oscura que dejaron los pasos de él, por el corredor sombrío, y antes de que trasponga el umbral, le hunde un puñal en la espalda.
Vacilo, en el umbral, caigo como herido lentamente en el sueño, es curioso, resbalo, me hundo, tengo ya un pie más allá del umbral, pero el otro se ha quedado atrás, no avanza, seguramente estoy en el segundo sueño, aunque el dolor en la espalda es quizás del primero, me gustaría llamarla pero sé por experiencia que no responderá, se habrá ido, mientras yo intento vanamente despertar y resbalo en un charco de sangre.
Cristina Peri Rossi