Estoy convertido en una suerte de Oliveira, quizá un lobo estepario sureño. En ese estado de alerta, de pesadez física y mental me encuentro. Ahora llueve con promesas de acrisolamiento, la tierra se está preparando para florecer, yo también.
La poesía baja lentamente del Olimpo, aquí está, en ese niño con la cara cochina, en la vieja pesá, en el dueño de la casa. La poesía dentro del negocio del pan, la poesía del arcoiris entre la tormenta, la poesía de mojarse las patas (y hasta ellas), la poesía del pescador que compró bencina. La poesía.
La poesía la poesía.
Los prosemas y las sopas
los meopas y las copas
la colita de caballo
lunarcito
gotas gotas
poesía poesía.
Camina la poesía
por un sendero de poesía
la diversidad es poesía
ser es poesía.
"¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos fines comparto, ninguno de cuyos placeres me llama la atención?"
Quise escapar del ethos ciegamente. Se puede transformarlo permanentemente (eso mismo: permanente impermanencia). Lobo estepario por eso, pero mejor un lobo comprensivo, mejor nutrirse de las cosas más valorables y variables, actitud que cree aptitud.
Nos encontramos y juntos fuimos la ruptura, el paso de una época envejecida a otra de apertura y corazón. Ciclos circulares cíclicos. En el cambio hay dolor, nacer es un dolor hermoso, y ahí estamos.
Kachkaniraqmi! ser con todas las posibilidades de reintegración y crecimiento.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!!!!