domingo, septiembre 28

avanzando-ando

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etcétera etcétera


Rito que surge en horas de
necesidad de actividad mental.

Renato era un detenido político, preso en un calabozo, privado de todo tipo de desafíos cerebrales fuera del de resistir la tortura. Pero el cuerpo no puede sobrevivir si no es creando, por lo que apareció el juego, que en este caso es matemático, desarrollador de destreza mental.

Poco a poco se va adquiriendo experiencia, se hace cada vez más fácil avanzar entre los obstáculos del camino.

Poco a poco va transformándose el cuerpo, la mente, el ser [y el rito es reflejo de todo esto, un recordatorio]

Hay que estar creando todo el rato, eso es lo único seguro.

sábado, septiembre 20

el otro día...

El otro día, esperando micro para ir a la universidad [medio atrasado], un señor que había visto otras veces por el barrio me preguntó la hora. –Las nueve y media- le dije, mirando mi celular. Luego me quedé pensando y agregué: -Sería buena ver la hora sin necesidad de relojes, ¿cierto?

¿Cómo así? –me preguntó.

No sé…con la posición del sol por ejemplo, aunque aquí en valdivia de repente se hace medio complicado cuando están esas nubes neeeegras. Pero en ese caso uno podría aprender a ver otros signos que indiquen la hora, como las flores y su apertura en distintos momentos del día, no sé, cosas así [claramente me fui en la volá, pero eso es lo entretenido de conversar ¿o no?].

¿Y qué estudiai tú? –me preguntó.

Antropología, le dije.

-Aaaaah, ustedes estudian los misterios del universo…


Justo llegó la micro y nos despedimos deseándonos un buen día. Fue imposible no irse con una sonrisa. Los misterios del universo…claro que el ser humano es un misterio, si es una contradicción ambulante. Y cada día lo compruebo más, con actitudes de algunas personas. A veces quisiera volverme ermitaño, irme a vivir lejos lejos. Es que me duele como es la gente, de verdad que de repente la encuentro demasiado lesa. Por ejemplo ayer, estaba sentado en el bus esperando que partiera hacia Lanco, cuando de repente un señor le echa la choreá a otro, ¡y de la nada! Le dijo: -¡vamos circulando! [el otro señor era gordo y obstruía el paso, pero porque recién se estaba acomodando], luego el señor gordo se quedó mirándolo, supongo que quedó pa’dentro. Entonces el primero le manifiesta: -¿tiene algo que decir? [en un tonito chorizo que creo que los chilensis sabemos reconocer].

Me sentí tan re mal, si algo tan básico, tan insignificante como viajar en bus, puede convertirse en otra oportunidad para desgastarnos con relaciones friccionantes ¿qué queda para cuando uno estudia, trabaja o convive?


En eso me quedé pensando el resto del día, por suerte mi amigo Víctor me convenció [por el momento] de seguir viviendo en sociedad ¿por qué seré tan loboestepárico de repente? Es que es difícil intentar ser simple cuando los demás son tan rollentos: na’ que hacerle.


En el vasito de ron, Levi-Strauss habla de ese “no aceptar la propia cultura”, que sería la motivación principal de estudiar otras. ¿Qué cultura propia me pregunto yo? Si aquí nadie enseña valores [palabras de viejo, pero que cada día encuentro con más sentido]. Imagínate que el colegio ha reemplazado a la cultura, transformándose en el rito de paso que marca la diferencia entre la ignorancia y el saber, la niñez y la madurez ¿bastará eso? ¿qué había antes? Antes se enseñaba a vivir, ahora se enseña a competir, a buscar lo “productivo”.

No digo que todo tiempo pasado fue mejor, pero por qué seguimos aceptando las cosas de este modo, en lugar de replantearnos desde nosotros mismos cómo vivir mejor, cómo “vivir juntos”, porque estamos obligados a vivir juntos, porque así es y ya. Quisiera escapar y ser un ermitaño en la selva, en las montañas, pero sé que eso es egoísmo, como también lo es ser un santurrón que medite todo el día o algún ser por el estilo. Si aqui hace falta acción, transparencia.


¿Entonces qué queda?


Creo que es hora de pisar la tierra nuevamente.

domingo, septiembre 14

Axolotl


[era amigo del misterio, del silencio, panteras, leones, pero no del reflejo de sí mismo. De pronto una mirada distinta pero cercana, distante pero próxima lo hace darse cuenta de un vínculo.
La vida, el aire, el agua. Compartían un espacio, compartían un cuerpo que los encerraba de lo que eran realmente, mejor quedarse quieto "el tiempo se siente menos si nos estamos quietos". En un principio no quiso aceptar su dolor -el suyo propio mucho menos- pero se hizo imposible darle la espalda a la empatía y se volvió uno con ellos, pasó al otro lado del espejo, fue su propio reflejo, "entonces mi cara se apartó y yo comprendí". Aprendió lo que es ser otro, es otro y él mismo a la vez, fragmentado y no, pero tristemente lo fue olvidando, tantos mundos giran en torno a él -y él gira en torno a tantos otros- que la desmemoria se ha convertido en su mayor enemiga, cien pájaros volando de tanto aire que respiró ¿por qué costará tanto retener esas bocanadas de vida, de arte? Los ojos esperan nacer cada día nuevamente]