lunes, octubre 20

flujo de consciencia


tresdieciseis el montijo peñalolén cubierto de paradero espero ahora la misma espera que ahoga palabras y vigilias tal y como esa vez capitalina y gris ya no existe ese armatoste amarillo y yo tengo papelillos pero todo está escaso cuando llueve se terminó la ahumada envoltura de mis tardes cerebrales por lo menos el aire traerá orden aunque la tormenta volverá y la paz y la guerra y el hambre y la ignorancia y los aserruchamientos nunca acabarán aprenderé a caminar en el ojo de la tormenta

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