Mi mirada es nítida como un girasol.Tengo la costumbre de andar por los caminos
mirando para la derecha y para la izquierda,
y de vez en cuando mirando para atrás...
Y lo que veo en cada momento
es aquello que nunca antes había visto,
y me doy cuenta muy bien...
Sé tener el asombro esencial
que tendría un niño si, al nacer,
reparase en que ha nacido de verdad...
Me siento nacido en cada momento
para la eterna novedad del mundo...
Creo en el mundo como en una margarita,
porque lo veo. Mas nada pienso de él
porque pensar no es comprender...
El mundo no fue hecho para que pensemos en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarnos y estar de acuerdo...
Yo no tengo filosofía; tengo sentidos...
Si hablo de la naturaleza no es porque sepa lo que ella es,
sino porque la amo, y la amo por eso
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni qué es amar...
Amar es eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar.
Alberto Caeiro 1914
(heterónimo de Fernando Pessoa)